Hasti Laatus

Fuimos llevados a la ciudad hobgoblin de Hasti Laatus, en el infraoscuro. La ciudad se encuentra gobernada por el Cabalgabestias, quien monta un tigre de alas espectrales. Fuimos separados y puestos a realizar tareas de esclavo, salvo Nippur que fue encarcelado por su religión. Los hobgoblins son adoradores de Khelifi, quinta hija de Vania. Diosa de la perfección, la tortura y la esclavitud.
La rutina era simple a la mañana se saludaba a Khelifi, se cargaba el odre y se corría a trabajar. Al mediodía se podía elegir entre rezar a Khelifi o seguir trabajando.
Me asignaron a la compañía de la forja principal, sus miembros eran:

- Train, era un enano perverso, alcahuete de los hobgoblins. Finalmente logramos matarlo antes de la noche de los milelfos para conspirar desde allí.

- Titia Puertamarmol: una amiga que conocía desde la infancia. Ella fue capturada hacía algunos años yendo hacia la región de Agrias. Antes vivía en Whurfik.

- Belin, oriundo de la ciudad de gimbal (Campanas Doradas). Es descendiente directo de uno de los reyes de Galur.

-Falja y Azthra Yunquefrio

- Torbere

- Barent de Himbal

- Ganten, un humano aventurero que viajaba entre Eltz y Calistenia como miembro de una compañía. Su mejor amigo murió en el ataque en que fue tomado prisionero en Calistenia.

- Berniel, un semi elfo.


Tras un par de meses de ir recolectando información y estableciendo contactos, durante la Noche de los Mil Elfos iniciamos la huida hacia la mina de dónde se extraían los metales para la ciudad, no sin que antes Nippur se encargara del Asesino de Cuervos.


De la mina se dice que allí había sido enterrada una antigua diosa de la magia, y que su sangre se había convertido en el hierro y plata que se extrae de esas minas. A la mina huimos con algunos otros esclavos, gladiadores y prisioneros, varios perecieron (Falja, Azthara Yunquefrio, Torbere y Berniel) por los cazarecompensas goblins que habían sido enviados por nuestros negreros.





Hasti Laatus

(english version)

    Through the old catacombs built for the defense of Calistenia in ancient times the hobgoblins slipped. Those who once managed to take control of the city years before, made this new successful incursion into the city to take prisoners and drag them to the underworld, proving that they continue to be a threat as before. The disturbance of the peace in Calistenia meant that an emergency assembly was convened in court to decide the steps to follow. The houses deliberated and it was resolved to blame the Raven Killer for the attack and disappearance of their citizens, in turn summarily deciding to go after the prisoners as quickly as possible and free them. On behalf of the Blue House, a member of theirs, Ralminiarrak House of the Voices, volunteered to join this rescue team, given that his brother Iriador, among others, had disappeared. He was joined by Glodin Steelleg, Siegfried of Big Bay and Dernwick of Navhen since his companion Orgald had also been taken prisoner and finally Nippur of Agrias joined them. Thus, it was recorded in the records of the Plumiferous Court of Owls, perhaps the last surface document in which the names of the members of this team were recorded.

  • Follow me, we must release those who were captured! By the forge of our Father! - said Glodin, and he launched into the tunnels.

    From the Kidriss temple they launched into pursuit, entering the tunnels through which the attackers entered the city, betting on the slowness of the prisoners to reach them. The darkness presented itself as a great rival to defeat and the terrain as a rival to understand due to its steep setbacks, something unusual on the roads that traveled on the surface. They descended as fast as possible through dark tunnels to find the prisoners. From the bowels of the earth where the light dwindles, a small glow keeps alive the hope of all those families who suffered the disappearance of their loved ones, the hope of seeing them again. That brilliance emanates from the courage of a group of adventurers united by destiny. The sounds of shields and spears, but above all the agonized cries of the prisoners guide them in their pursuit. They run through the darkness of the cavern to find the trail of the prisoners. However, the terrain, unknown to them, played a trick on them, from the upper walls they had already been detected by the rear of the hobgoblins and when they least expected it they were ambushed. The struggle for the liberation of the fallen failed. The new company was reduced and chained and joined hundreds of captive beings who were joining the main column through various tunnels. After several hours of walking in the dark, they entered a large underground vault. In the distance they saw three dragons protecting three ships led by hobgoblins and thousands of lines of prisoners who were slowly marching towards the precarious pier, where they were marked as slaves and assigned a ship. The company had no choice and ended up embarking on one of the three ships. Added to the overcrowding in the warehouse was the smell of feces and vomit. Those who forced the doors and hatches with their bodies received more than fifteen lashes, ending up on the floor curled up in pain, suffering all kinds of abuse during the crossing. Which ends the next day when the ship docked and they were forced to get off with whips and screams from their jailers:
  • Welcome to your final resting place! Welcome to Hasti Laatus! AHHHH!AHHHH!

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(versión español)

Por las viejas catacumbas construidas para defensa de Calistenia en tiempos antiguos se escurrían los hobgoblin. Aquellos que lograron una vez tomar control de Calistenia, realizaron esta nueva incursión a la ciudad para tomar prisioneros y arrastrarlos a las antípodas demostrando que como antaño continúan siendo una amenaza. La alteración de la paz en Calistenia significó que se convocase de emergencia a una asamblea en la corte para decidir los pasos a seguir. Las casas deliberaron y se resolvió culpar al Asesino de Cuervos por el ataque y la desaparición de sus ciudadanos, a su vez, de forma sumaria se decidió ir por los prisioneros lo más rápido posible y liberarlos. Por parte de la Casa Azul se ofreció voluntariamente para integrar este equipo de rescate un miembro de ellos, Ralminiarrak Casa de las Voces, dado que su hermano Iriador había desaparecido. A él se sumaron Glodin Piernacero, Sigfrid de Bahía Grande y Derwick de Navhen dado que su compañero Orgald también había caído prisionero y por último Nippur de Agrias. Así quedó asentado en actas de la Corte Plumífera de los Búhos. Quizá el último documento de la superficie en el que quedaron registrados los nombres de los integrantes de este equipo.
    ¡Siganme debemos liberar a quienes fueron capturados! ¡Por la forja de nuestro Padre! - dijo Glodin y se lanzó a los túneles.
    Desde el templo de Kidriss se lanzaron a la persecución, adentrándose por los túneles por los que los atacantes ingresaron a la ciudad, apostaron a la lentitud de los prisioneros para alcanzarlos. La oscuridad se presentó como un gran rival a vencer y el terreno como un rival a comprender por sus escarpados reveses algo no habitual en los caminos que transitaban en la superficie. Descendieron lo más rápido posible por oscuros túneles para dar con los prisioneros. Desde las entrañas de la tierra donde la luz mengua, un pequeño brillo mantiene viva la esperanza de todas aquellas familias que sufrieron la desaparición de sus seres queridos, la esperanza de volver a verlos. Ese brillo emana del valor de un grupo de aventureros unidos por el destino. Los sonidos de escudos y lanzas, pero sobre todo los gritos agónicos de los prisioneros los guían en su persecución. Corren por la oscuridad de la caverna para dar con el rastro de los prisioneros. Sin embargo el terreno, desconocido para ellos, les jugó una mala pasada, desde las paredes superiores ya habían sido detectados por la retaguardia de los hobgoblin y cuando menos lo esperaron fueron emboscados. La lucha por la liberación de los caídos fracasó. La nueva compañía fue reducida y encadenada y se sumo a cientos de seres cautivos que se iban incorporando a la columna principal por diversos túneles. Luego de varias horas caminando en la oscuridad, ingresaron a una gran bóveda subterránea. A lo lejos observaron tres dragones protegiendo tres embarcaciones lideradas por hobgoblin y miles de hileras de prisioneros que lentamente iban marchando hacía el precario embarcadero, en donde los marcaban como esclavos y asignaban un navío. La compañía no tuvo opción y terminó embarcando en uno de los tres navíos. Al hacinamiento en la bodega se adicionó el olor a heces y vómitos. Aquellos que forzaban con su cuerpo las puertas y escotillas recibían más de quince latigazos, terminando en el piso acurrucados de dolor sufriendo durante la travesía toda clase de vejaciones. Las cuales terminaron al día siguiente cuando el barco atracó y a latigazos los forzaron a descender al grito de:
    ¡Bienvenidos a su última morada! ¡Bienvenidos a Hasti Laatus!